24 dic 2020

Contra el Viento

Hoy perdí el rumbo.

Estaba dolido, logré que ella terminara de romper mi corazón, ya me dijo que le dijo que lo amaba; con eso pude matar la poca esperanza que me quedaba pero a un costo muy alto.

Me arreglé lo mejor que pude, agarre a mi chamaco y me salí por el medio kilo de jamón ahumado que íbamos a cenar hoy, porque ya había planeado la navidad antes de que pasara esto.

Cena en familia, ¡Ja! Que gran mentira pensaba mientras me preparaba para salir.  Hacia no más de 5 minutos que me confesó eso y de verdad me sentí perdido, ayuda para poder sacarla más rápido pero duele, debe doler si a de sanar dicen en una película que me gusta mucho.

Tuve tiempo de hablar con un buen amigo que me ánimo y alentó. Al salir del lugar... perdi el rumbo. 

¿Que hago? ¿A dónde voy? ¿Que es lo que quiero?

Comenzó a caminar sin rumbo ya que mi hijo gritaba y movía su carreola pidiéndome seguir, el se estaba divirtiendo mucho. Así seguimos un rato, cuando menos lo pensé habíamos llegado a una plaza que queda cerca, aproveche para sacar dinero y seguimos sin rumbo.

¿Y si llego por una cerveza a algún bar? Pensaba eso cuando mi niño grito: ¡Pa! ¡Agua! Vamos por un agua le.dije y comenzamos a caminar, mientras lo hacíamos vi una estética y pensé en tachar algo de mi lista.

Al sentarme me.preguntaron: ¿cómo va tu corte? No se - respondi - quiero ser otro yo, ya no quiero ser yo.

Mi hijo se quedó entretenido viendo Cocomelon en mi celular,  quien me atendía me pregunto: ¿qué pasó? ¿De qué? Pregunte; cuéntame por favor. Le conté todo.

Al terminar no quiso cobrarme pero me hizo prometerle que volveríamos en un mes para ver como iba avanzando, jamás creí obtener ese tipo de simpatía, más buen karma que regreso y que encontraré la forma de devolver al mundo.

Seguimos caminando y llegamos a las aguas, compramos unas y seguimos.empujando la carreola.

Mientras seguía alguien que venía de frente me dijo: va bien dormido. Lo miré y efectivamente, bebé se había quedado profundamente dormido.

Ahí volví a tomar el camino. 

El no necesita un papá con novia, al papá más guapo o con más dinero.

El necesita un papá que no lo deje los fines de semana para irse a noviar, el necesita alguien  que le platique, que le muestre el mundo; el  necesita que empuje la carreola.

Me hizo sentir mejor, fue bueno salir a caminar, darme cuenta que hay gente a la que le importo y que no necesito meterme en una red social para encontrar apoyo, que mi hijo me quiere y que el me apoya también.

Toda la vida he caminado contra el viento pero esta vez una manita va tomando la mía.



No hay comentarios: